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CONCLUSIONES

Lo que aprendimos como equipo




La realización de la instalación multimodal brindó la oportunidad de reconocer nuevamente la diversidad cultural de la Ciudad de México. Así, fue posible observar  cómo lo antiguo se fusiona con lo moderno, de manera en que la historia se renueva constantemente. Antes de llegar a esta conclusión, fue de suma importancia para el equipo descubrir que la mayoría del tiempo uno no es  consciente de su pasado; tanto en el lugar que habita como con las personas que uno comparte los espacios.  

De este modo se llegó a un proyecto que busca plasmar las capas históricas de la capital desde diferentes enfoques creativos. En este proceso el equipo realizó diferentes exploraciones y cuestionamientos con respecto a los cambios que ha vivido el país, la memoria colectiva de una zona y el proceso de construcción y reconstrucción de la historia. Más allá de reencontrarnos con el pasado para buscar un futuro, el proyecto ha servido como un detonante para comprender mejor la realidad que nos rodea y el papel que como futuros egresados jugamos para nuestra ciudad.  

De la mano de lo anterior, el proyecto permitió explorar las capacidades que tenemos como individuos cada uno de los miembros del equipo a través de nuestras carreras; tal y cómo cada uno desempeña un papel en la reconstrucción de los espacios. Así, se alcanzó como resultado un proyecto multimodal y transversal en el que cada oficio permite construir una narrativa con mayor profundidad. 

El diseño sonoro funge como un hilo conductor que nos guía a través de la historia, enriqueciendo nuestra experiencia y permitiéndonos conectar de forma más profunda con el proyecto. Mientras que la animación representa la historia del espacio mediante las manos como un patrón que guía la historia de la Ciudadela, estas son también las responsables de los cambios constantes en nuestra sociedad.

En la selección de materiales de archivo, se recopiló toda la historia de la zona, buscando reconstruir la memoria colectiva que se ha forjado a lo largo de los años en este lugar. Por último, el área de diseño de la instalación ayudó a conectar el concepto en una sola representación de lo que entendemos como construcción y deconstrucción cíclica de nuestra historia y entorno. Mostrando que nunca estamos terminando nuestra historia ni iniciándola, simplemente, la estamos continuando.

 Esta experiencia ha enriquecido nuestro perfil y nuestras herramientas como futuros egresados, permitiéndonos explorar la transversalidad de nuestras habilidades. Nos enfrentamos con el reto de trabajar como profesionales reconociendo nuestros límites, aprendiendo a ceder y a compartir la visión concedida a partir de nuestras propias experiencias.





Un proyecto desarrollado por alumnos del Tecnológico de Monterrey Campus Ciudad de México
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